top of page
Buscar
  • Foto del escritorAndrea Delgado Córdoba

SOMOS ESCLAVOS


Esta ira colectiva en Latinoamerica, aquella que ha sacado a muchos pobladores a las calles sin rumbo específico de a donde ir a futuro, es el resultado de querer la libertad de las cadenas mentales que nos hacen esclavos.


Se dijo en 1810 que Colombia gritó su independencia del yugo español, sin embargo aunque nos liberamos de unas cadenas que podíamos tocar con las manos, no nos deshicimos de aquellas cadenas mentales que esclavizan, hasta el día de hoy, nuestra alma.


Somos víctimas mundiales de la violencia sicológica y muchos en el mundo, seguimos siendo violentados fisicamente.


Los procesos independentistas de 1800 en Latinoamerica, tenían como razón fundamental la eliminación del yugo de la violencia física, la independencia de latinoamerica en la década de los 2020, es la eliminación de la violencia sicologica.


Latinoamerica ha despertado para romper las cadenas que el sistema criollo occidental le ha impuesto a nuestras mentes, a nuestras almas y por consiguiente, encadena nuestro cuerpo.


La esclavitud del siglo XXI, nos ha llevado a tomar decisiones inconscientes sobre nuestro diario interno de vivir, nos obliga a llevar rutinas para la producción de un sistema jerárquico de desigualdad entre diferentes.


La esclavitud del siglo XXI violenta nuestros cuerpos, mentes y almas obligándonos a educarnos en horarios que anulan nuestra fuerza física y en doctrinas que sepultan nuestros sueños. Nos estamos educando para salir a mendigarle al sistema, platos de comida y bienes de lujo que no necesitamos, para agradarle a gente que no conocemos, ni les interesamos, simulando ser quienes no somos. Nos estamos educando para la esclavitud de la jerarquía de un sistema feudal del que Latinoamerica no se ha podido independizar y al parecer el mundo entero tampoco.


La esclavitud del siglo XXI nos obliga a formar familias bajo la premisa del sacrificio por los hijos y los padres, anulando la planificación de la vida personal y la importancia de la decisión de comunidad a la hora de hablar de la niñez y la vejez. La vida en sí misma debe desprenderse de la idea del sacrificio por el otro, hay que empezar a hablar de la cooperación mutua.


La esclavitud del siglo XXI nos ha establecido desentender al clima y la geografía dentro de las actividades laborales, nos ha impuesto horarios de la misma carga sin importar el territorio y sus condiciones, se nos ha dicho que somos iguales sin entender los mínimos de equilibrio sobre nuestra diferencia.


En la esclavitud del siglo XXI se nos ha impuesto la cadena mental de que el progreso personal se mide en dinero y cargos de alto nombramiento, en la acumulación de titulos académicos sin gusto consciente por el estudio, donde importa es el resultado, no el medio como se consiga.


Latinoamerica ha llegado al tope de ejecutar un sistema de esclavitud mental que se nos impuso desde la independencia física de los años 1800.

El sistema de esclavitud mental en el que vive no solo Latinoamerica sino el mundo entero, nos ha hecho dejar de preguntarnos por nuestro origen, ha anulado al pensamiento filosófico sobre quienes somos y que hacemos aquí, desvinculandonos completamente de la realidad sobre la divinidad de nuestra especie, de nuestro reino y de nuestro planeta, poniendonos como medio para obtener resultados a la competencia, una competencia entre nosotros por la cadena mental más sólida y robusta, el dinero.


Los esclavos mentales del siglo XXI, hemos despreciado el valor espiritual de la memoria ancestral de los pueblos originarios, aquella filosofía de la relación mutualista con la madre tierra en la que competir es valido solo cuando lo hacemos contra nosotros mismos, y se hace desde el amor por generar consciencia interior, para así ser ejemplo de cooperación colectiva.

Latinoamerica en los tiempos del 2020 busca espiritual y físicamente ser libres de las cadenas mentales que nos han sido impuestas por este sistema criollo absorto, obsoleto y desconocedor de la realidad de nuestra geografía.


La difícil tarea de la independencia que buscamos los latinoamericanos en el 2020 es que debe hacerse desde un ejercicio individual de revolución interna contra todo aquello que nos ata en esta pelea por sobrevivir. Así como decir "Es solo una botella" dicho por 1 millón de personas nos deja hoy islas de plástico más grandes que Francia en el mar, decirle NO a los hábitos impuestos por el sistema de esclavitud actual, de forma personal, nos liberará colectivamente de las cadenas mentales que nos atan actualmente.


La revolución del siglo XXI es interior y empieza desde nuestra mente, nuestra casa, nuestros barrios, municipios y solo así se permeará a las naciones, a toda latinoamerica y al mundo entero.

La independencia que buscamos actualmente debe venir desde el ejercicio mental de reconocer que actividades hacemos en la vida personal que nos hacen esclavos, sin el ejercicio interior de reconocer nuestra propia esclavitud y nuestras cadenas, muy difícilmente podremos obtener la libertad.


Latinoamerica unida ha despertado, pero aún no es consciente de sus necesidades reales al futuro, sin este ejercicio de consciencia sobre lo que realmente necesitamos para ser libres, en 200 años nuestros nietos y bisnietos estarán pasando por exactamente lo mismo que hoy atravesamos nosotros, pero con la fuerza inclemente de un planeta más hostil climaticamente del que nos tocó a nosotros, y el sufrimiento seguramente será más fuerte y doloroso.


El levantamiento actual de los pueblos tiene una consigna que no se ha verbalizado de forma clara y es LIBERTAD, queremos ser libres mentalmente para decidir sobre nuestras vidas y nuestros territorios, queremos romper esas brechas culturales que nos hacen matarnos entre nosotros mismos, queremos ser libres para pensar diferente, sin que eso nos cueste la vida. Esta libertad solo puede obtenerse con dos actos de rebeldía e independencia, el amor propio y la consciencia colectiva.


Querernos y aceptarnos como somos de forma individual es la única salida para querer y aceptar al otro de forma colectiva.

Cambiemos el hábito de la revolución violenta, la violencia solo genera más violencia y la historia nos demuestra que no ha solucionado el problema de fondo, seamos capaces de sentir la ira colectiva pero seamos capaces de la misma forma, de sentir el amor c


olectivo y ese solo empieza si cada uno de nosotros se rebela contra sí mismo y su propia oscuridad.


!Abya Yala Libre y Viva¡



0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page